sábado, 24 de junio de 2017

Inle lake


Salimos al día siguiente a las 8 de la mañana después de desayunar, aunque yo me hubiera quedado tan a gusto , porque el hotel estaba estupendo, súper relajante,  situado en las montañas y súper fresquito, lo que se agradecía después de los mil grados a la sombra de Bagán.

Nos juntamos con nuetro grupo y caminamos 20 kilómetros, con una parada para comer de una hora, hasta el “ homestay donde dormiríamos”.Se trataba de un alojamiento muy básico, un chamizo de paja con colchones en el suelo en el que dormiríamos los 12. Como ducha un barreño de agua y un cazo.Para que luego no es creais que voy de mochilera por el mundo!










Postales que nos regala el camino

















Mujeres ataviadas con la vestimenta tradicional trabajando en el campo 












Paisajr durante el trekking 








" la ducha "















Después de cenar y ponernos como el kiko, he de decir que mis mejores comidas en Myanmar han sido siempre durante los trekkings, nos tomamos unas cerves ( porque la cerveza en Myanmar es sin gluten y puedo) y pronto a la cama como los Lunnies porque tocaba madrugar para seguir caminando.

Pese a que el día anterior tuvimos muy buena suerte con el tiempo y solo llovió mientras comíamos, el segundo día no paró de llover y la verdad que trekking con niebla y por barrizales no molaba nada. Finalmente nos subimos a un camión para recorrer el último tramo porque para no ver nada no merecía la pena y según el guía el último trozo era peligroso. Y creo sinceramente que caerse rodando por el barro habría sido más agradable que viajar en ese camión con semejante repiqueteo por los baches.









" tiempazo durante el segundo día"







Una vez que llegamos a Nyanungshwe, la población más importante de Inle Lake, nos quedamos 2 días.El primero de ellos alquilamos una bici en el hotel por 1509 kyats ( 1 euro) e intentamos pedalear alrededor del lago, pero se nos hizo muy cuesta arriba y nunca mejor dicho. Con la porquería de bicis que teníamos hasta el más mínimo desnivel del terreno se asemejaba al Everest y sumado a que empezó a llover, hizo que nos diésemos la vuelta.
En el camino paramos en una bodega y Lisa hizo una “ cata de vinos”, menos mal que yo andaba medio mala y no la hice, porque siendo de la ribera del Duero, llamar vino a eso hubiera sido un sacrilegio. Y es que Myanmar no aparece en los circuitos  vinícolas según tengo entendido…. Vamos que es un país con muchas cosas que ofrecer pero vino no….
Al día siguiente lo volvimos a intentar, pero esta vez con bicis mucho mejores, de 3000 kyats( 2 euros) pero vamos que si había diferencia.
Fuimos pedaleando Kaung Daing y aunque en el camino tuvimos que parar una hora porque cayó el diluvio universal, llegamos. Esta localidad es conocida como el “ pueblo del tofu” porque producen más de 20 tipos que en un día normal se pueden degustar.
Y digo en un día normal porque había una boda y todo el pueblo estaba en la misma, así que todo gozo en un pozo.



Sin probar el tofu, nos cogimos un barco que por 3500 kyats cada una nos cruzó con nuestras bicis al otro lado del lago. Nos dejó en la población de Maing Thauk y de ahí pedaleamos de vuelta a Nyanungshwe. He de aclarar que no era posible pedalear alrededor del lago como queríamos porque está todo rodeado de pantanos, así que lo más cerca que estuvimos fue cuando lo cruzamos en el cayuco.


Esa misma noche cogíamos bus nocturno a nuestra penúltima parada, Hpa-An así que después de hacer comida- merienda- cena recogimos nuestras cosas y esperamos hasta que el tuc tuc pasó a recogernos para llevarnos al autobús. Teníamos por delante 13 maravillosas horas de bus hasta llegar a Yangoon donde haríamos transbordo para coger el bus a Hpa-An, afortunadamente no habíamos cogido bus local, sino semi- cama VIP , que costaba 20000 kyats en lugar delos 14000 de bus normal y podríamos  dormir plácidamente toda la noche. Al menos eso  pensaba yo antes de morir de hipotermia y casi no llegar a nuestra siguiente parada por culpa del aire acondicionado. Pero eso ya os lo cuento en la siguiente crónica, que por hoy creo que ya me he enrollado mucho……










Lisa con sus vinos 









































Cruzando el lago de  Kaung Dang a Maing Thauk































Mang Thauk 




































Maing Thauk













Bagán

Salimos de Pyin U Lwin a las 10 de la mañana en mini bus( que nos costó 13000 kyats) rumbo a Bagán, la antigua capital de varios reinos en Birmania.El viaje duró horas y media( con una parada de media hora para comer incluída), pero se me pasó rapidísimo porque para no variar mi narcolepsia motora ( dudo que este término exista) no me dio tregua, salvo para ir al baño. Y en qué día me desperté porque el “ baño” por llamarlo de alguna manera, era un agujero en una caseta de madera, que estaba encima de un vertedero de basura. Y para rematar, la caseta tenia más telas de araña que las que Spiderman tiró en toda su vida entera como super héroe, con lo que en lo que hice pis acabé con medio cuerpo lleno de picaduras.









Baño deluxe



Nada más llegar a Bagán me hice con una moto eléctrica el el hotel . La moto fue cortesía del hotel, ya que Lisa parece más española que yo a veces,y exigió una compensación al hotel ya que la piscina  estaba de reparaciones y había sido la razón para quedarnos en ese hotel,el “ Yadanarbon”  para que ella que seguía enferma pudiera descansar.
Quedé con Stefan ( el austriaco que había conocido en el treking de Hsi-Paw) para ver la puesta de sol, que es uno de los “ must do” de Bagan. Fuimos por caminos de arena hasta Dhammayazaka, un templo que había descubierto él el día anterior y en el que se podía “ trepar” al tejado para disfrutar de las vistas de los templos adyacentes.
Como es época de lluvias, puesta de sol como tal no se vio porque estaba nublado, pero las vistas, de lo mejor de Bagán.





Los otros dos días que ya Lisa estaba mejor, los dedicamos para recorrer los templos con nuestras motos eléctricas ( que son como una scooter pero sin ruido) , las alquilan todo el día por 5000 kyats, aunque el segundo día encontramos otro sitio al lado de “ Ostello Bello” en el que por el mismo precio de 5000 además te hacían la colada gratis jajaja. Y como en Myanmar está complicado lo de encontrar lavadoras , la alquilamos ahí, aunque claro la calidad de la moto dejaba mucho que desear y estaba bastante gripada, pero oye, volvía a tener ropa limpia, la seguridad vial está “ supravalorada”. 
El primer día fuimos a algunos de los templos más importantes, Dhamma-yan-gyi ( que es el más grande), pero que a mi no me gustó, especialmente porque olía a pis de murciélago y no podía de las arcadas que me daban, Ananda y Sulamani. Éste último fue el que nos gustó más, por su interior lleno de frescos pintados.




















Dhammayangy temple, el más grande de todos los templos de Bagán 








Thatbyinnyu

















Sulamani Temple 


El segundo día ya cansadas de templos, nos dedicamos a conducir sin rumbo, entrando en aquellos que nos parecía y subimos a varios que estaban abiertos. En uno de esos templos ( que aparece señalado en mapsme como sunsetpoint ), vimos la puesta de sol.

Al final lo mejor de Bagán fueron las vistas de la llanura llena de templos y pagodas desde los tejados de otros templos Me quedé con ganas de ver alguna puesta o salida de sol decente, pero para ser época de lluvias, demasiada suerte estoy teniendo.
La mañana siguiente antes de irnos, yo intenté ver la salida de sol, por no quedarme con la espinita, pero pese a pegarme la paliza de levantarme a las 4 y tener que conducir de noche ( yo que estoy cegata) por caminuchos de tierra, no vi nada. Pero al menos ya no me da ningún miedo conducir de noche y soy toda una experta motociclista.












Vistas de Bagán desde el tejado de uno de los templos 







dewde las alturas de nuestro templo preferido del que no sabemos ni el nombre 











Cuando vas de camino a ver la puesta de sol y pasa esto .....










Salida del sol , ni de lejos parecida a las que  he visto en postales ...





Shwesandaw Pagoda 









lunes, 19 de junio de 2017

Hsipaw y Pyin U Lwin



Llegamos a Hsi-paw ya de noche. De camino reservamos el hostel, porque mi nueva amiga, Lisa ,pese a ser alemana, ni es puntual ni planifica, por lo que podía seguir en la tónica de decidir sobre la marcha y “ go with the flow”.
Nos quedábamos en “ Mr Charles” porque yo quería hacer un trekking al día siguiente  y aparentemente,ese hostel tenía el monopolio y era donde se organizaban todos los tours y como llegábamos tan tarde, sino me iba a tocar esperar al día siguiente para poder hacerlo.
Lisa estaba “ food poisoned”por comer tea leaf salad, así que tenía sus dudas acerca de si iba a poder hacer el trekking o no, pero después del viaje en bus, ya vió claro que no iba a poder hacerlo, así que decidí hacer solo el trekking de un día, en vez de el overnight ( 2 días y una noche).
Aparentemente había gente apuntada para el día siguiente, y habían elegido la ruta larga, que eran 10 horas caminando, y vería lo mismo que en el trekking de 2 días, porque salíamos más temprano y no parábamos de caminar después del almuerzo. Así que la única diferencia iba a ser que me iba a poder duchar por la noche y no iba a tener compañía en la cama (“ bedbugs”), porque las condiciones de los homestay suelen ser bastante precarias..
Por la mañana según salía, Lisa decidió que definitivamente no podía hacer el trekking por culpa de la ensalada asesina, así que me fui yo sola con un austriaco y una pareja australiana.
Llevaba lloviendo sin parar durante días porque ya es época de lluvias, pero tuve la buena suerte de que me hizo un sol espléndido,aunque buena suerte según se mire, porque caminando 10 horas a pleno sol y 35 grados, no me dió una lipotimia de milagrito.
Pasamos por los pueblos de Shan y Palaung y por muchas plantaciones de té, y yo que era de asfalto cien por cien y me daba alergia el campo, cada vez me gusta más. Paramos en el camino a hacer varios descansos para tomar té, que en vez de ser con pastas fue con ensalada de hojas de té( que pese a que fue lo que intoxicó a Lisa es la fuente principal de mi alimentación en Myanmar) y papaya y durian.Éste último  huele a pies podridos aunque sabe un poco mejor de lo que parece, sin ser una maravilla…. Vamos que si me lo dan lo como, pero jamás lo compraría.





Paisajes de Hsipaw









Papaya a la izquierda y Durian a la derecha





Despuès de comer en Palaung, a base de ensalada de té, bamboo, tofus varios y arroz, volvimos a Hsi- paw.
Pese a que nos habíamos puesto como el kiko y mucho hambre que se diga no teníamos, como habíamos caminado ni más ni menos que 32 kilómetros quedamos a cenar en “ Mr Shake” , aunque cenar lo que se dice cenar poco, porque no tenían nada y solo pudimos tomarnos unas piñas coladas y otros cócteles varios antes de ir a recenar a un chino que ha sido lo más cerca que he estado de las amebas y la intoxicación en este viaje, aunque aún sigo invicta 💩🙌💪.




















Mr . Shake 





Al día siguiente a las 9:30 de la mañana cogimos el tren a Pyin U Lwin, había primera y segunda clase, y por supuesto,me he metido tanto en el papel de backpacker, que compramos segunda por el módico precio de 1200 kyats ( 0,8 euros) mientras que primera costaba 3000.
En  la época de la colonia británica, Pyin U Lwin, era el sitio de veraneo de los ingleses, que escapaban del calor infernal de Mandalay. Más que por el fresquito que hacía ,( entendiendo como tal 28 grados), íbamos por el trayecto en tren en sí, porque aparentemente era espectácular. Y vaya sí lo era! Eso sí, si lo hago en bici tardo menos, porque nos tiramos ni más ni menos que 7 horas para recorrer 142 km. Yo que con mi narcolepsia me quedo dormida en cualquier cosa en movimiento, no pude cerrar los ojos en todo el trayecto por lo bonito que era el paisaje. Y no solo el paisaje, casi al final del viaje se atraviesa el Viaducto de Gokteik, que en el  año de su construcción en 1901, por la Pennsylvania Steel Company,era el segundo más alto del mundo y a día de hoy, continúa siendo el más largo de Myanmar. Y de que es alto doy fe, yo con mi vértigo casi muero del susto. No en vano, aparece en las listas de los trayectos en tren más peligrosos del mundo, y por algo  el módico precio del billete que no llega a un euro , incluye un seguro de vida de 0,87 kyats ( 0,0006 euros).Vamos que si pasa algo, mejor que te pillen confesado, porque con eso no da ni para tiritas.Pero parece que mi época gafe ha pasado y llegamos sanas y salvas.


























Viaducto de Gokteik













En Pyin U Lwin , mucho mucho que hacer no había, como la pobre Lisa seguía mala, el día que llegamos me dí una vuelta por la zona del mercado y poco más. Había un mercado nocturno de comida, pero con las típicas delicias de Myanmar, todo “ deep fried” y literal, porque si yo me como eso, primero estaría como una mesa camilla y segundo moriría de un infarto de miocardio fulminante. Así que me tocó comerme unos noodles de arroz, que tampoco es wue me fascinen y vuelta para casa 
Al día siguiente alquilé una bici, por 1500 kyats ( un euro), y menos mal que no tenia que ir muy lejos porque frenos que se diga así que frenen no tenía, se desviaba hacia la derecha. Y de luces ni hablamos.
Fui al jardín botánico, que es “ bonito” pero sin más, y por los 5000 kyats que cuesta la entrada, me podía haber alquilado una moto todo el día y haber ido a las cataratas de Anisakan, pero mis habilidades motoristas no están tan depuradas aún, aunque de eso hablaré otro día… Así que me tuve que conformar con el jardín y las supuestas casas coloniales que había.
Y digo supuestas, porque había 2 y databan de primeros del siglo XX, con lo que mi casa en Londres con su ratón incluído era más antigua y bastante más bonita 

Pese a que en mi opinión Pyin U Lwin es suprimible, el trayecto en tren que une Mandalay con Lashio, no lo es, así que aunque haya que tener más paciencia que el Santo Job, por lo interminable del viaje, merece la pena.
Después de Pyin U Lwin, nos dirigiríamos al día siguiente a Bagan, la ciudad que se supone que es “ la joya de la corona” de Myanmar en cuanto a belleza se refiere, pero eso ya lo contaré en la siguiente entrada.





Jardín botánico 



























" casas coloniales "













sábado, 17 de junio de 2017

Mandalay





Previa escala de 3 días en Bangkok visitando a mi amigo Nacho, que es el mejor anfitrión del mundo y me trató como una reina, puse rumbo a Myanmar.
Mi toma de contacto con el país sería Mandalay. Llegué al aeropuerto, que es bastante pueblo, del tamaño de Villanubla en  Valladolor y me tocó esperar hasta las 7 que llegó el siguiente vuelo para llenar una minivan, que por 4000 kyats me llevó a mi  hostel.
Me alojé en Ostello Bello por recomendación de Denise, que antes de viajar conmigo en Filipinas, había estado en Myanmar.
Ese día aparte de cenar un típica tea leaf salad,que era lo más sano que habia, pero que tenía de ensalada lo wue yo de sueca, porque las hojas de té están bien refritas ( como toda la comida en Myanmar parece ser), no hice mucho más porque estaba que me caía del sueño.
Al día siguiente me levanté pronto para leer la lonely planet y tratar de averiguar qué se supone que había que ver en Mandalay.Después de tantas semanas viajando con gente, se me hacía raro volver a estar sola y me daba hasta “ miedito” , pero me duró poco porque cuando le pregunté a una chica que qué había hecho ella y me dijo que acababa de llegar y que pensaba ir a ver las ciudades antiguas , Sagaing, Inwa y Amarapura, situadas a las afueras de Mandalay. En Myanmar no se permite alquilar motos a extranjeros, así que para moverse toca coger taxi o mototaxi.
El taxi para ir a las ciudades antiguas cuesta 35000 kyats, por lo Lisa, que así se llamaba la chica, me comentó la posibilidad de compartirlo. Del mismo modo que yo le había preguntado a ella, nos preguntaron un chico brasileño, Isaac y una americana, Alessa y nos costó 32000.
En el camino a la primera de las ciudades, paramos en Mahamuni Paya, la estatua de buda más verenarada del país y que está cubierta de hojas de oro que los devotos han ido colocando a lo largo del tiempo.








El Buda dorado de Mahamuni Paya, no se ve muy bien pero es que estaba tan rata que pasaba de pagar la  " camera fee" y es lo mejor que pude sacar con el móvil escondido 






Devotos limpiando el buda




Después nos dirijimos a Sagaing. Para ello cruzamos un puente que nos permitió disfrutar de las vistas de Sagaing Hill y sus muchísimas pagodas y templos. Antes de ascender a Sagaing Hill, nos  detuvimos en Sitagu Buddhist academy para después subir los escalones ( unos 10 minutos) hasta la parte más alta de la colina donde se encuentra Ponnya Shin Pagoda. Como podeis ir intuyendo ya, la cosa va de pagodas en este país…..
Como hacía un calor de morirse y ya era la hora de almorzar, decidimos comer allí mismo, porque pese a ser un lugar turístico, en los dos restaurantes que había la comida era baratísima( 1500 kyats, que al cambio es un euro).








Sagaing hill desde la cima 









Sitagu academy 








Ponnya Shin Pagoda 


Después de comerme una rica ensalada de hojas de té ( cin un par de litros menos de aceite que la de la noche anterior)fuimos a la segunda de las ciudades antiguas, inwa. Para ello el taxista nos dejó en un embarcadero situado envrente, donde tuvimos que coger un pequeño barco de madera.
Se supone que para entrar a Inwa hay que pagar, pero a nosotros nadie nos pidió tiquet, así que eso que nos ahorramos. Aunque la verdad, dimos un poco de vuelta y entramos por la entrada trasera para evitarnos el pago. Aunque se trata de una entrada combinada que sirve para ver el palaco en Mandalay, varios monasterios e Inwa, por lo que si vas a ver los “ highlights de Mandalay” no hay forma de escaquearse en el pago de los 10000 kyats porque sí toca sacare, tiquet a  la entrada, por lo que combiene ir en primer lugar al palacio si vas a ver todos.


En Inwa solo vimos Maha Aungmye Bonzan, que son las ruinas de un antiguo monasterio de 1822 y un conjunto de pagodas. No nos quedamos mucho porque queríamos ver la puesta de sol en U-Bein bridge, que es el puente de teca  más largo del mundo.









Maha Aungmye Bonzan 









Cogimos un bote por 1500 kyats cada uno par ver el puente en “todo su espledor” durante la puesta de sol.Aunque no hubo puesta como tal, porque estuvo nubladísimo, el puente y todo el paisaje alrededor era ❤️. Tuve la impresión en ese momento de que Myanmar me iba a encantar y no me equivocaba.
De camino a nuestro hostel, Ostello Bello paramos a cenar noodles de arroz en el mercado chino por 800 kyats ( poco más de medio euro), y pese a haberme saltado todas y cada una de las recomendaciones de sanidad, sigo invicta y sin ponerme enferma jaja.




U-bein bridge 

















Al final nos dieron las mil ( las 3 para ser exactos) porque nos quedamos sociabilizando en la terraza del hostel y yo pretendia ir al día siguiente a Mingún. Decidí que si me despertaba iba y sino pues nada, no me iba a estresar por no ver algo.
Como estoy tan feliz, por supuesto no me costó nada levantarme, y sin alarma ni nada a las 7:15 estaba en pie.
Para ir a Mingún había un barco a las 9 desde el ‘ tourist port’ así que previo moto taxi por 1000 kyats para llegar al muelle, cogí el barco, que por 5000 kyats ( ida y vuelta) te lleva en unos 40 minutos a Mingún.
El ferry de vuelta es a las 12:30 y en una hora ya lo tenía todo más que visto, porque sinceramente, no había mucho que ver, bueno lo había, las pagodas de Mingún e Hsinbyume, y una campana, pero que se veían en cero coma.
Así que después de deshidratarme esperando , porque hacía 37 grados volvimos a Myanmar. Lo mejor de la excursión: el trayecto en barco , que ya permite intuir la belleza de los paisajes en Myanmar.



























Por la tarde me di unas vueltas por los mercados locales mientras hacía tiempo para ir a ver la puesta de sol a Mandalay Hill.
Me pasé tanto haciendo tiempo, que ya no llegaba a tiempo para subir la colina antes de la puesta de sol y menos ahora que estoy cero fit y solo de pensar en correr cuesta arriba, sudo tinta. Me tocó coger otro moto taxi para llegar y subir el último tramo para llegar y que encima no hubiera puesta de sol. Arriba se me acercaron un par de monjes jóvenes y lozanos para practicar inglés. Ya que según parece es muy común que pasen sus tardes enteras según salen de la escuela, persiguiendo a los turistas para mejorar sus habilidades linguísticas. Estuve hablando con ellos un rato y se me “ arrugó” un poco el corazón cuando me contaron que llevaban 7 años sin ver a sus familias, desde que entraron a estudiar. 
Pese a que Myanmar está mucho “ más desarrollado” de lo que me esperaba, supongo que en las zonas rurales hay mucha pobreza y para muchas familias, la única salida para sus hijos es enviarlos a los monasterios como ocurría antiguamente en España.De camino al hostel paré en Kuthoda Paya y ahí me encontré a los 2 monjes que habían tardado menos en llegar a pie que yo en moto 😂😂. Vamos,  que ni en moto estoy ya fit jaja.
Y con eso ponía fin a Mandalay porque al día siguiente me iba aunque no supiera donde…. Había dos opciones, o las montañas del norte donde no haría el horroroso calor de Mandalay o bien Bagan, que era como el infierno aparentemente.
Lisa, la alemana de mi cuarto tenía la misma duda, así que acordamos decidir sobre la marcha qué hacer. Finalmente al levantarme me decidí por His- paw y ya después iría a Bagán, porque total como no tenía planes ni ruta, me daba tiempo a todo.
Lisa se venía conmigo, así que sin billete de bus ni nada a la estación que nos fuimos, con tan buena suerte que conseguimos los 2 últimos asientos que quedaban en un autobús local, que por los 5000 kyats que costaba ( 3,5 euros) no tenía nada que envidiar a los Alsa españoles, eso sí íbamos a viajar a la “ velocidad de la luz” porque tardaríamos 6 horas para recorrer los apenas 200 km que separan Mandalay de His-paw.










la no pursta de sol desde lMandalay Hilla 














Kuthoda Paya, o el libro más largo del mundo,