lunes, 7 de agosto de 2017

lombok




En la patera baratonga llegamos al puerto de Bangsal.Como éramos 4, la idea era coger un taxi según llegásemos e irnos directas a Kuta( pero el de zlombok, no el de Bali que se llama igual).
Según nos bajamos del barco, varios taxistas ávidos de carne fresca se abalanzaron sobre nosotras, ofreciéndonos transporte, pero por supuesto previa estafa.
Como Anna, Carla y Nuria habían cogido taxi para ir desde el aeropuerto y yo sabía lo que costaba el taxi oficial del aeropuerto a Kuta calculamos que tenían que ser unas 350 rupias.
Tras empezar pidiéndonos 800 conseguimos que uno de los conductores nos llevase por 400. Pero cual fue nuestra sorpresa cuando después de esperarle n años nos intentó meter en una furgoneta con muchas más personas.
Así que empezamos a caminar en busca de otro medio de transporte. No fue tarea fácil porque uno de los compinches del de la furgoneta se acercaba a todos los conductores que se aproximaban y les decían que no nos llevasen. Resultado: anochecía y con la llegada del último ferry no iba a haber más taxis.
Y a todo esto la rata de cloaca compinchada con el de la furgo no hacía más que pasra por delante de nosotras con su moto riéndonos a carcajadas y diciéndonos que nos iba a tocar aceptar su transporte que ahora había pasado a ser un coche de 5 plazas a 800 rupias y en el que nos pretendía embutir con 4 alemanes más ( 8 personas en total).
Afortunadamente apareció un señor al que le debimos de dar pena 😂😂 y él muy querido nos llamó a un taxi oficial. Nosotras que pensábamos que nos iba a costar un riñón y resultó que pese  a ser taxi oficial,y llevar taxímetro, no llegó a las 350 rupias y  y llegamos en hora y media. Yo para no variar, reservé mi alojamiento en el camino y como no me quedaba mucho donde elegir y no sabía el tiempo que me quedaría en Kuta, cogí una noche en el Fuss Inn, que parecía correcto y al menos estaba en el centro.
El día siguiente lo dediqué a explorar la isla, porque Kuta me pareció el infierno en las pocas horas que llevaba allí, así que me iba a ir a explorar una nueva ubicación donde quedarme.Para ello alquilé una moto, aunque en qué día…. Según me dijeron en el hotel según salía las motos en Kuta no estaban aseguradas, pero dije para mi , teniendo en cuenta que me adelantan hasta los caracoles… qué me va a pasar , pues error y luego explicaré por qué….
Con la moto me fui de paseo a La playa de Selong Blenak porque mi objetivo en Lombok era surfear y aparentemente ésa era buena para “ paquetillos” como yo.
Allí me encontré con mis doctoras favoritas, y en el camino de vuelta echamos un ojo a un hotel monísimo cerca de la playa y decidimos que nos quedaríamos allí, ellas 3 días y yo un par más. El hotel estaba en mordor, a unos 20 km de Kuta,pero al lado de la playa, con lo que una vez que anochecía tocaba hacer vida ermitaña, porque la carretera para llegar era de “ susto o muerte” y más aún para un paquetón al volante como yo.










Carretera a la playa 






Vistas desde la moto 











Selong Blenak  beach








A todo esto, y hablando de paquetes en moto, no os he contado que tuve un vis a vis con el suelo, vamos que me caí. El caso es que fue de la forma más estúpida…. Estaba aparcando, es decir la moto prácticamente parada y  voy yo y me recreo con el paisaje y zas! El  minuto siguiente estaba en el suelo.
Corriendo, vinieron a auxiliarme 5 locales con toda su buena intención, pero la moto era de papel, así que la levanté sola y no iba a haber que amputar, solo me había hecho unos  raspones en la rodilla. Eso sí insistieron en curarme la herida que estaba sangrando y con toda su buena intención creo que me la infectaron un poco…. Porque no estaban muy puestos en eso de la asepsia y me echaron betadine a chorro en la herida llena de tierra y repasándome bien el bote por los cortes, con lo que a día de hoy mi herida está un poco verde.

Y tras este punto y aparte prosigamos. Llegamos  a nuestros hoteles después de reservar nuestra nueva “ mansión” y mi ameba volvía a estar rebelde así que no cené pero me aticé un gin- tonic que total el alcohol es un antiséptico y con suerte me esterilizaba el estómago. Me quedé un poco ojiplática con el tráfico de setas que se traían entre manos en el bar. Se supone que en Indonesia hay pena de muerte para el tráfico y consumo de drogas, pero no paraban de pasar vendedores de “ mushrooms” por el bar ( pava de mi al principio pensé que vendían cacahuetes) y aún más flagrante era el camarero que los vendía sentado en el asiento de la furgoneta que hacía las veces de barra en el bar….Tengo que investigar un poco más sobre el tema y averiguar si los consideran “ vegetales” porque casi casi los puedes encontrar en las estanterías de los supermercados.












La furgo bar 





A la mañana siguiente nos “ mudábamos” así que nos fuimos a dormir pronto.
Me costó un triunfo conseguir que un taxi me fuera a buscar, porque aparentemente y como ya habíamos comprobado, los locales son un poco gitanos y tienen el monopolio del transporte, por lo que suelen boicotearles. Cuando al fin me viene a buscar uno , sorpresita en el hotel….
Los muy jetas vienen con la tartana que me habían dado por moto( que a todo esto no he comentado tenía unos frenos que funcionar lo que se dice funcionar no funcionaban) y me salen que tal y como me habían comentado la moto no tenía seguro y que la había roto, que si los frenos y que si unos raspones que tenía…menos mal había hecho fotos antes de salir, y esos rozones que supuéstamente yo había hecho, debían de llevar ahí desde el paleolítico.
Así que hacerme la indignada y sacar toda mi bordería vallisoletana ( que para eso sí que soy muy de valladolor) conseguí no solo que no me cobraran nada sino que me devolvieran lo que yo pagué por la moto que según les dije, “ casi me mata”.
Ya una vez en nuestra mansión nos fuimos a pasar el día a Selong Blenak.
Al día siguiente muy pronto me fui en plan flipada a Selong otra vez, porque quería surfear porque casi casi necesito toda la playa para mi y el día anterior debía de haber como 100 personas cuando llegamos. Llegué y no me lo podía creer, no había ni una moto! Ilusa de mi que pensaba que era porque a la gente no le gustaba madrugar, pero más bien era porque la marea estaba muy baja aún y una piscina hinchable tiene más olas… así que al final floté muy bien, pero surfear lo que se dice surfear, poquito…



































Tercer día y último de “ las doctoras” lo dedicamos a explorar las playas situadas al otro lado de Kuta:  


Tanjung Aan





























La playa de la propia Kuta



















Después de quedarme “ triste y sola” me quedé dos días más en Lombok hasta coger el barco que me llevaría a la isla de Flores.
Iba a quedarme los 2 en “ Artati” e irme directa a Mataram de donde salía  el tour a Flores, pero dada la eficiencia indonesia, me pareció poco probable encontrar un taxi que me llevase  a las 6 de la mañana, así que finalmente me quedé uno solo en el que surfee todo el día hasta que me dolió hasta el pelo e hice uso de la piscina y sus maravillosas puestas de sol.

Y tal y como supuse y bien, la eficiencia indonesia hizo acto de presencia cuando al coger un taxi a Kuta para pasar mi último día en Lombok, el taxista nos dio un “ tour turístico” que tardamos hora y media en llegar , cuando yo en mi moto a "velocidad supersónica" tardaba poco más de media. Pero porquerer pasarse de listo, no le pagamos más que las 60rupias wue debían dehabersido y fuera, porque a todo esto iba en el taxi con 2 suizos que eran más gitanos que yo cuando me meto en el papel de backpacker rata rata.


Pero eso sí , mujer  precavida vale por dos y menos mal que decidí haberme ido un día antes y tirarme a la bartola en Kuta, porque sino me hubiera perdido la " maravillosa experiencia " en " patera" a Flores, pero eso ya os lo cuento en la siguiente entrada!






































Las últimas fotos corresponden a mi estancia en " Artati", living la " Dolce Vita"







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