martes, 28 de febrero de 2017

Glaciares y Wanaka

Seguí con mi viaje hacia el sur, mi penúltima parada sería Franz Joseph Glazier.
Desde el pancake rocks café cogí el bus que en teoría en 5 horas me llevaría a los glaciares. Y digo en teoría porque si ya 5 horas me parecían una eternidad para recorrer 217 kilómetros, cuando a los 10 minutos de montarme se estropeó el autobús, me quedó claro que iba a tardar más aún.
Tirados en la carretera durante hora y media y tras varios intentos fallidos de nuestro conductor de arreglar el bus, vino a rescatarnos otro que nos llevó a Greymouth donde trasbordamos a otro que ya nos llevaría a los glaciares.
Te lleva por una de las 10 mejores carreteras costeras del mundo pero te deja tirado

Comprendí  por qué en Nueva Zelanda se tarda tantísimo en trasladarse en bus, y no es porque la carretera sea mala sino porque para más veces que el tren playero a Santander..Vale que el camino era bonito ( según la publicidad de intecity estábamos recorriendo una de las 10 carreteras costeras más bonitas del mundo), pero no es necesario hacer paradas cada media hora, porque ni teniendo incontinencia urinaria tienes que ir tantas veces al baño.

En Franz Joseph me quedé 2 noches, si vas en coche se ve en unas pocas horas, pero al depender del bus, ya el día que llegué estaba perdido y aunque madrugase mucho para subir al glaciar, ese día imposible seguir viajando.
Franz Joseph son 2 calles así que nada más llegar me encontré con la única española que he conocido en todo el viaje y que me he ido encontrando repetidamente por Nueva Zelanda y nos fuimos a tomar algo.

Al día siguiente y siguiendo las indicaciones de Tamara, intenté hacer hitchiking ( auto stop vamos) que aquí funciona muy bien y es muy popular y así veía también el Fox Glacier.Pero debo de tener chunguérrima pinta ( ya sospechaba yo que algo raro debo de tener cuando en todos los aeropuertos me hacen el “ control aleatorio” anti drogas jajaa) y el caso que nadie me paraba y como empezó a llover decidí pasar de Fox e ir directamente a ver Franz Joseph. Caminé los 5 km que separan el pueblo de la entrada al parque natural y después los otros 5 hasta llegar al glaciar.
Cuando llegué en mi opinión resultó una decepción, vale que no esperaba ver el Perito Moreno de la Patagonia, pero es que era pequeñísimo y encima con mi buena suerte había riego de derrumbe con lo que no me pude acercar mucho.









Camino que lleva a Franz Joseph






Eso azul al fondo es el glaciar


Como se suponía que ese era el “ mejor” de los glaciares pasé de volver a probar suerte haciendo dedo al otro, que estaba calada hasta la médula y no había merecido la pena el paseo.
Al día siguiente a las 8 cogí el bus a Wanaka. Me habían dicho que el camino era precioso, así que intenté luchar con todas mis fuerzas contra la narcolepsia que me ataca cuando me monto en cualquier tipo de transporte y que hace que me duerma hasta en una patera. No lo conseguí y me quedé frita, pero para eso estaba el conductor, que con sus 6 paradas en 285  ya se encargó de despertarme.

La verdad que el camino sí que era muy bonito, muchas montañas, lagos, vacas y ovejas y muy verde  como es bastante habitual en el país jajajaja.





Parada técnica en el viaje 












Después de todas las paradas, que incluyeron cascadas, supermercados, y lagos varios ya estaba en Wanaka que es como la mayoría de las ciudades de Nueva Zelanda una ciudad pequeñita alrededor de un lago y rodeada por montañas.
Por primera vez en mujuchos días me hacía un día bueno así que me dediqué a estar tirada cual marmota en el lago y por la noche más lago con Manu, un chico español que me he ido encontrando por todo el país desde que nos conocimos en  Rotorua.
Me quedaba otro día entero en Wanaka y la verdad que ya empiezo a estar cansadita de los trekings y de subir montañas, al principio a mi que soy tan urbanita me hacía gracia lo de ir en plan Dora la exploradora pero después de tantos días me satura un poco….pero como es lo que hay aquí tocó comerse otra montañita rica.
Cerca de Wanaka hay 2 “ paseos” el Roys Peak, que son 16 km y cuyo comienzo está a 5 km del centro de Wanaka y Rob Roy Glacier Track que cubre una distancia de 10 km y se encuentra a una hora en coche de Wanaka.
En el hostel me dijeron cuando pregunté qué podía hacer al día siguiente, que seguro que alguien del hostel me llevaba ( porque casi todo el mundo tenía coche) o que sin problema haciendo dedo. Pero como la única vez que intenté hace autostop ni me miraban los coches, preferí cogerme una bici e irme a Roys Peak.
La bici me la dejaron en el hostel gratis, porque el día antes me la prepararon con la reserva y me la habían anulado por error y a puntito estuve de dormir en el salón porque todo en wanaka estaba completo.
Así que con esa bici, por llamarla de alguna forma, porque las marchas ni cambiaban y la cadena tenía hasta una telaraña llegué a Roys.
Para un día que hace solazo y hay un cielo completamente despejado, es justo el que me toca subir 3 horas una montaña… yo en mi línea de buena suerte.El camino es fácil,ancho y sin piedras ( aunque empinado), pero nada que ver con las montañas de Perú, pero casi me da una lipotimia por el calorazo que hacía, y yo que soy la peor Dora la exploradora del mundo ( como se nota que nunca fui de campamentos de pequeña) iba con una botella minúscula de agua que me tocó racionar jajjaa. Aún así medio amarilla y todo estaba en mejor forma que mucho de los veinteañeros alemanes que había por ahí.















Cima de ROys Peak 









En la cima 



Tardé 5:30 horas en hacerlo, así quese me dió bien , porque el tiempo estimado son 6-7 horas ( aunque yo creo que los tiempos estimados aquí son para jubilados alemanes) Después de disfrutar de lad impresionantes vistas y bajar de nuevo me fui con mis destartalada bici a ver unos viñedos en el camino de vuelta y como hacía tantísimo calor ( entendiendo 27 grados como tal pero bajo un sol cancerígeno que abrasa a más no poder) me metí en el lago con ropa y todo( porque como nunca hace bueno ya me he cansado de llevar el bikini para nada😂).
Después de una cenita en el hostel con unas vistas estupendas del lago y unas sidras de niña sabor Maracuyá con Manu,  me despido de Wanaka, que a   día de hoy puedo afirmar que a falta de una última parada en Queenstown( desde donde escribiré mi próxima crónica), es mi lugar favorito de Nueva Zelanda.
Se me olvidaba que desde Wanaka también se puede subir al Mount Iron, que está en la misma ciudad y más facilito,por si no te sientes suficientemente “ fit” el recorrido circular dura unas 3 h, aunque a mi ya no me dió tiempo.


Lago WAnaka 


Parada técnica a bañarme en el lago 



Camino de vuelta con la bici 





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